Cómo escribir poesía
Por ejemplo la palabra mariposa. Para usar esta palabra no
hace falta aligerar la voz, ni dotarla de pequeñas alas empolvadas, ni inventar
un día soleado o un campo de narcisos, ni estar enamorado, ni estar enamorado
de las mariposas. La palabra mariposa no es una mariposa de verdad. Está la
palabra y está la mariposa. La gente tendrá todo el derecho a reírse de ti si
confundes estos dos conceptos. No le des tanta importancia a la palabra. ¿Qué
quieres transmitir, que amas a las mariposas con más perfección que nadie o que
entiendes realmente su naturaleza? La palabra mariposa no es más que un dato.
No te da pie a revolotear, elevarte, proteger las flores, simbolizar la belleza
y la fragilidad o interpretar de alguna forma a una mariposa. No representes
las palabras. No representes nunca las palabras. No intentes nunca despegar del
suelo cuando hables de volar, ni gires la cabeza y cierres los ojos cuando
hables de la muerte. No me mires con ojos ardientes cuando hables del amor. Si
quieres impresionarme al hablar del amor, métete la mano en el bolsillo o
debajo del vestido y acaríciate. Si tu ambición y tu hambre de aplausos te ha
llevado a hablar del amor, debes aprender a hacerlo sin desacreditarte a ti
mismo ni lo que dices.
¿Qué expresión podría definir a nuestra época? Nuestra época
no tolera expresión alguna. Todos hemos visto fotografías de madres asiáticas
desoladas, así que no nos interesa la agonía de tus órganos achacosos. Nada de
lo que puedas expresar con tu cara tiene parangón con el horror de nuestro
tiempo. No lo intentes siquiera. Solo merecerías el desprecio de los que ha
sido tocados en lo más hondo. Todos hemos visto telediarios con seres humanos
embargados por el dolor y la desazón. Todos sabemos que comes como Dios manda y
que hasta te pagan para que te subas a un escenario. Estas tocando para gente
que ha vivido catástrofes, así que tranquilízate. Di las palabras, transmite
los datos y hazte a un lado. Todos sabemos que sufres. No puedes contarle al público
todo lo que sabes del amor en cada verso de amor que digas. Hazte a un lado: la
gente sabrá lo que tú sabes porque ya lo sabía. No tienes nada que enseñarles.
No eres más hermoso que ellos. Ni más sabio. No les grites. No fuerces una
entrada en seco. Eso es sexo mal practicado. Si muestras el contorno de tus
genitales, entrega lo que prometes. Y recuerda que, en el fondo, la gente no
quiere acróbatas en la cama.
¿Qué necesitamos? Estar cerca del hombre natural, estar
cerca de la mujer natural. No quieras ser un cantante venerado por un público
numeroso y leal que desde siempre ha seguido los altibajos de tu carrera. Las
bombas, lanzallamas y demás mierdas han destruido algo más que árboles y
poblados. También han destruido los escenarios. ¿Acaso creías que tu profesión
iba a escapar de la destrucción general? Ya no hay escenarios. Ya no hay
candilejas. Estás entre la gente, por tanto sé modesto. Di las palabras,
transmite los datos y hazte a un lado. Quédate solo. Quédate en tu habitación.
No montes un número.
Se trata de un paisaje interior. Está dentro y es privado.
Respeta la intimidad de tus textos pues fueron escritos en silencio. La
valentía de la interpretación es decirlos. La disciplina de la interpretación
es no violarlos. Deja que el público sienta tu amor por la intimidad aunque esta
no exista. Sé una buena puta. El poema no es un eslogan. No puede
promocionarte. No puede fomentar tu reputación de sensible. No eres un
semental. No eres un ladrón de corazones. Tanto gánster del amor y tanta tontería.
Eres un estudiante de disciplina. No representes las palabras. Las palabras
mueren cuando las representas, se marchitan, y no nos queda más que tu
ambición.
Di las palabras con la precisión exacta con que comprobarías
la ropa de tu colada. No te conmuevas con una blusa de encaje. Unas braguitas
no tienen por qué ponértela dura. No tiembles al ver una toalla. Las sábanas no
han de dibujar una expresión de ensueño alrededor de tus ojos. No hace falta
que llores en el pañuelo. Los calcetines no están ahí para evocarte extraños y
lejanos viajes. No es más que tu colada. No es más que tu ropa. No seas un
mirón escudriñando a través de ella. Limítate a llevarla puesta.
El poema es mera información. Es la constitución de la
patria interna. Si lo declamas y lo hinchas con nobles intenciones, no eres
mejor que esos políticos que tanto desprecias. No haces más que agitar una
bandera y llamar patéticamente a la patriotería emocional. Piensa en las
palabras como ciencia, no como arte. Son un informe. Es como si dieras una
conferencia en la Federación de Montañismo. Las personas que te escuchan
conocen todos los riesgos de la escalada, y te honran dando por sentado que lo
sabes. Si se lo pasa por la cara, estás insultando la hospitalidad que te
ofrecen. Infórmales de la altitud de la montaña, describe el equipo que
utilizaste, especifica el tipo de superficie y fija el tiempo que duró la
escalada. No busques dejar al público boquiabierto. Si el público se queda
boquiabierto, no será debido a tu apreciación de los hechos, sino a la suya. Tu
mérito estará en la estadística y no en las inflexiones de tu voz ni en los
ademanes enérgicos de tus manos. Estará en los datos y en la tranquila
organización de tu presencia.
Evita las florituras. No temas ser débil. No te avergüences
de estar cansado. Tienes buen aspecto cuando estás cansado. Parece como si
pudieras seguir y seguir sin parar.
Y ahora ven a mis brazos. Eres la imagen de mi belleza.
Leonard Cohen
Comentarios
Publicar un comentario
Cualquier opinión inteligente, relacionada con el tema de cada post y expresada con educación, será bien recibida. El resto, se suprimirá.