Premáticas del desengaño contra poetas güeros
Nos,
el Desengaño, etc. Por cuanto habemos sabido que la mayor parte del mundo,
olvidada de nuestras verdades, ha dado en seguir la falsa secta de los poetas
chirles y hebenes, por último y eficaz remedio de nuestros reinos nos plugo
ordenar y ordenamos estas premáticas y las mandamos guardar de todos so las
nuestras iras y penalidad de nuestra desgracia.
1.
Por lo cual, atendiendo a que este género de sabandijas que llaman poetas son
nuestros prójimos y cristianos, aunque malos, viendo que todo el año idolatran
mujeres y hacen otros pecados más enormes, mandamos que la Semana Santa recojan
a los poetas públicos y cantoneros, como a malas mujeres y que los prediquen
para convertirlos; y para esto señalamos casas de arrepentidos, que según es su
dureza, no las estrenarán.
2.
Item. Advirtiendo los grandes bochornos que hay en las caniculares coplas de
los poetas del sol, como pasan a fuerza de los soles que gastan en hacerlas,
ponemos perpetuo silencio en las cosas del cielo, señalando meses vedados (como
a la caza y pesca) a las musas, porque no se acaben con la priesa que las dan.
3.
Item. Habiendo considerado que esta infernal secta de hombres condenados a
perpetuo concepto, despedazadores y tahures de vocablos, han pegado la dicha
roña de poesía a las mujeres, declaramos que nos damos por desquitados con este
mal que les han hecho del que nos hicieron en Adán.
4.
Item. Por cuanto el siglo está pobre y necesitado de oro y plata, mandamos que
se quemen las coplas de los poetas, como franjas viejas, para sacar el oro y
plata que tienen, pues en sus versos hacen sus ninfas de todos metales como
estatua de Nabuco.
5.
Item. Advertimos que la mitad de lo que dicen lo deben a la pila del agua
bendita por mentiroso y que solo dicen verdad en decir mal unos de otros.
6.
Item. Habiendo advertido que han remitido todos el juicio al valle de Josafat,
mandamos que anden señalados en la república y que a los furiosos los aten;
concediéndoles los privilegios de los locos, para que en cualquier travesura
llamándose a poetas, como prueben que lo son, no solo no les castiguen por lo
que hicieren, sino les agradezcan el no haber hecho más.
7.
Item. Advirtiendo que después que dejaron de ser moros (aunque guardan algunas
reliquias) se metieron a pastores todos, por lo cual los ganados andan secos de
beber sus lágrimas, la lana chamuscada del fuego de sus amores y tan
embebecidos en su musical que no pacen, mandamos que dejen el tal oficio; y a
los amigos de soledad les señalemos ermitas y que los demás, por ser oficio
alegre y de pullas, se acomoden en mozos de mulas.
8.
Item. Por estorbar los insolentes hurtos que hacen, mandamos que no se puedan
pasar coplas de Aragón a Castilla, ni de Italia a España, so pena de callar un
mes el poeta que tal hiciere y si reincidiere, de andar un día limpio.
9.
Item. Declaramos y mandamos tener entre los desesperados que se ahorcan y
desempeñan, y como tales que no los entierren en sagrado, a las mujeres que se
enamoran de poetas a secas. Demás de esto, advirtiendo la innumerable multitud
de sonetos, redondillas, etc. que han manchado el papel, mandamos que los que
por sus deméritos escaparen de las especerías vayan a las necesarias sin
apelación.
10.
Item. Pero advirtiendo con ojos de piedad que hay tres géneros de gentes en
esta república tan sumamente miserables, que no pueden vivir sin los tales
poetas, como son ciegos, farsantes y sacristanes, permitimos que haya algunos
oficiales desta corte conocidos, los cuales tengan carta de examen del cacique
que fuere en aquellas partes; limitando a los de las comedias a que no acaben
en casamientos, ni hagan las trazas con papeles y bandos, y a los de ciegos que
no sucedan los casos en Tetuán y que para decir la presente obra no digan
zozobrar y a los de villancicos que jueguen del vocablo ni metan más en ellos a
Gil, ni a Pascual, porque se quejan, ni hagan pensamientos de tornillo que,
mudando el nombre se vuelvan a todas las fiestas. Y últimamente a todos los
poetas en común les mandamos descartar de Apolo, Júpiter, Saturno y otros
dioses, so pena que los tendrán por abogados a la hora de su muerte.
Todas
las cuales cosas mandamos guardar a nuestras justicias inviolablemente con el
rigor acostumbrado.
Francisco de Quevedo
Comentarios
Publicar un comentario
Cualquier opinión inteligente, relacionada con el tema de cada post y expresada con educación, será bien recibida. El resto, se suprimirá.